La Catedral de Siena es una obra maestra de la arquitectura gótica y románica, que muestra un diseño inventivo y una artesanía exquisita. La fachada está vívidamente detallada con complejos grabados y estatuas bíblicas encaramadas en sus crestas con aires de contemplación.
El interior es igualmente impresionante, con una nave inusualmente larga atravesada por columnas de mármol blanco y negro a rayas y un suelo de incrustaciones de mármol de elaborado diseño. El ábside está decorado con impresionantes frescos y vidrieras.
La cúpula hexagonal, que domina el horizonte de Siena, está ornamentada desde el interior y requiere un ojo agudo para distinguir sus numerosas decoraciones. La catedral también tiene una galería superior que da a la nave, con pasillos que conducen a los tejados.